martes, 25 de marzo de 2008

Namo de Mello, Guiomar (1998), Nuevas propuestas para la gestión educativa, México, SEP (Biblioteca del normalista), pp. 25-59.

Namo de Mello (1998) presenta una propuesta para mejorar la calidad de la educación, teniendo como base la gestión escolar. Los objetivos planteados son: equilibrio entre equidad y calidad, así como la creación de oportunidades de acceso a la escuela. Dichos objetivos estratégicos buscan la satisfacción de necesidades básicas de aprendizaje, a partir de un modelo de atención integral., en donde la escuela cubre además de la enseñanza funciones asistenciales y alimenticias.

El concepto de necesidades básicas de aprendizaje remite a un proceso de enseñanza que facilita el desarrollo cognoscitivo y social, tomando en cuenta las características locales en donde se ubica la escuela, por lo cual se propone un enfoque transdisciplinario que incorpore las especificidades regionales o temáticas al conjunto de los contenidos básicas. La gestión pedagógica debe buscar un fino equilibrio ente los contenidos consagrados tradicionalmente y los localismos o ideologismos, buscando inducir y estimular las iniciativas que permitan un diseño curricular más integrado, garantizando la calidad del aprendizaje de los contenidos mínimos prioritarios y creando una interacción permanente entre gobierno central o nacional y los establecimientos de enseñanza.

Parte importante del modelo de gestión pedagógica sería brindar a poyo a las investigaciones educacionales que señalarán caminos de salida para que las proposiciones de ambiciosas revisiones curriculares salgan de su ensimismamiento y puedan llegar a cambiar la práctica del salón de clases.

Un modelo de gestión que tenga como prioridad la superación de la barrera del fracaso escolar deberá concentrar sus esfuerzos en una profunda reformulación de la forma de organizar y dosificar la escolaridad, en la definición de objetivos de aprendizaje que tomen en cuenta las condiciones peculiares de las regiones y escuelas, en los procedimientos para diagnosticar diferentes puntos de partida y comparar los progresos de las escuelas y los alumnos, además de realizar mediciones en las normas nacionales.

El modelo de gestión para la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje orientado por la prioridad de la enseñanza y la superación del fracaso escolar, debe tener como punto de partida una reorganización que incluye a todo el sistema educacional a fin de fortalecer la unidad escolar. Un proyecto de identidad institucional, el trabajo de equipo y el compartir la responsabilidad en los objetivos y en los resultados puede convertir a las escuelas en espacios más organizados y eficaces, capaces de crear condiciones favorables de aprendizaje.

La autonomía de los establecimientos de enseñanza requiere de dos insumos principales, finanzas y personal. Ninguna institución puede tener identidad, iniciativa y proyecto si no detenta el control sobre sus propios recursos y su equipo. Seria importante que la escuela tuviera un amplio margen de decisión sobre el tipo de profesional a ser contratado. El personal a ser contratado para las actividades de enriquecimiento curricular debiera satisfacer los objetivos del proyecto escolar y no sólo los requisitos formales y corporativos que reglamentan a los profesionales de la enseñanza, la credencial dada por el diploma dice muy poco acerca de la calidad del desempeño profesional. La autonomía de la escuela en la gestión de recursos humanos no significa dejar que las decisiones se adopten al arbitrio de cada unidad sin que se respeten algunas directrices generales.

Cualquier sistema de financiamiento de la escuela, orientado o no a la autonomía financiera, deberá regirse por la combinación equilibrada de dos principios: desempeño y equidad, es decir, evaluación de resultados y compensación de desigualdades. El hecho de que una escuela tenga autónoma financiera y presupuestaria es importante como una forma de llevarla a planear de modo más global sus necesidades, sus formas de organización, sus propios objetivos y prioridades, su propia estrategia de desarrollo y la construcción de una identidad institucional.

Un componente indispensable de la autonomía es la participación de personas de fuera de la escuela, sobre todo de los padres. La participación no debe ser instrumentada para eximir a la escuela de dar respuestas y adoptar soluciones técnicas y pedagógicas que son de su competencia y responsabilidad. Establecer papeles diferenciados es garantía de una participación realmente de calidad de los padres y de la comunidad en general.

El hecho de delegar mayor autonomía y poder de decisión a las escuelas no implica debilitar el papel del Estado, sino que por el contrario, fortalece su capacidad de gobernar. El estado garantiza las prioridades, corrige los desequilibrios, compensa las desigualdades y democratiza la información.

COMENTARIO

Para Namo de Mello (1995) la gestion escolar ofrece la posibilidad de reorganizar la educación a partir de un modelo integral cuyo fin principal sea la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje, y basado en los principios de autonomía y rendición de cuentas. Para este autor la calidad de la educación, no es un problema exclusivo de un elemento educativo, si no que es resultado de todo el sistema educativo.
Coincido con Namo de Mello (1995) respecto a la perspectiva que tiene sobre gestiona escolar como sinónimo de calidad educativa, ya que el segundo termino hace referencia a los resultados obtenidos de pruebas nacionales, que si bien corresponden a un indicador de la situación escolar, no es posible establecer a partir de estadísticas numéricas lo que acontece en el aula, es por esto que la gestion escolar autónoma debe respetarse como una estrategia de mejoramiento que abarca los aspectos macro y micro de la educación.

2 comentarios:

Leon dijo...

Gracias por esta aportacion

Unknown dijo...

Muy buen trabajo